Metales pesados y alimentación

¿Qué son los metales pesados?

Son compuestos de alto peso atómico que se encuentran en el ambiente y con frecuencia son utilizados en procesos industriales, en fertilizantes (fosfatos), plaguicidas, herbicidas y fungicidas. Algunos de ellos son muy conocidos, como el cadmio (Cd), el cobre (Cu), el plomo (Pb), el mercurio (Hg), berilio (Be), antimonio (Sb), arsénico (As), estroncio (Sr), titanio (Ti) o el níquel (Ni). Se caracterizan por ser persistentes, de alta toxicidad, tener facilidad para bioacumularse o biotransformarse y su degradación dentro del cuerpo es muy lenta y complicada. Normalmente se habla de ellos por el tipo de densidad que poseen.

Los tres factores que más definen a estos compuestos es su alto grado de contaminación, toxicidad y ecotoxicidad. Incluso en bajas concentraciones puede ser muy tóxico en plantas y animales.

¿Quién tiene contacto con estos metales tóxicos?

El ser humano tiene contacto con ellos desde hace siglos, aparecieron durante la formación de las capas de la tierra, así que siempre han estado ahí. Una vez que se inició la revolución industrial se empezó a tener mucho más contacto con ellos. Algunas profesiones estaban relacionadas con ellos, es el caso de la minería, la pintura, la plomería, la reparación de baterías, agricultura y la fotografía tiene contacto directo con ellos. Pero en la actualidad, según la Agencia de Seguridad Alimentaria Europea (EFSA) comemos junto con los alimentos y agua diariamente muchos metales tóxicos, entre ellos de aluminio entre 1-15 mg al día y de cadmio 1ug por agua y 0,15 ug absorbido por el aire.

¿Por qué son tóxicos?

Son muy tóxicos por la dificultad para degradarse dentro del cuerpo y poder expulsarlo. Básicamente no tenemos la capacidad metabólica para expulsarlo y se van almacenando. ¿Qué tiene que ver todo esto con los alimentos? Algunos de estos metales pesados se encuentran en nuestros alimentos de forma indeseada y otros son fundamentales para mantenernos con vida. Necesitamos unos pocos miligramos o microgramos al día de cobalto, cobre, hierro, manganeso, molibdeno, selenio, vanadio o zinc, pero en cantidades altas se vuelven tóxicos. Otros compuestos que también añadimos a la dieta y están aunque en cantidades más altas, unos 100 mg/día son, calcio (Ca), cloro (Cl), magnesio (Mg), fósforo (P), potasio (k), sodio (Na) y azufre (S).

¿Qué ocurre cuando almacenamos más metales pesados de los que el cuerpo puede soportar?

Empiezan los problemas y con ellos aparecen las enfermedades.

  • Con el metilmercurio de los pescados o arroz contaminados aparecen problemas en el sistema nervioso central, temblores, gingivitis, aborto espontáneo, perdida de memoria, inestabilidad emocional, insomnio, problemas renales, motores, etc.

  • Con el plomo de las bebidas y alimentos contaminados, especialmente por el consumo de carne de caza silvestre. Puede afectar al tracto gastrointestinal, producir fatiga, cefaleas, alteración hepática, etc.

  • Con el cadmio en pescados, cereales o mariscos contaminados aparece hipertensión arterial, disfunción renal, osteoporosis y cáncer de próstata. En el tabaco se encuentran entre 2-4 ug de cadmio que se inhalan.

  • Con el cobre en bebidas y alimentos contaminados aparecen cefaleas, dolor en estómago, mareos, diarreas y problemas en hígado y riñones.

  • Con el aluminio de desodorantes anti-perspirantes, antiácidos, envoltorio de alimentos, envases, empastes dentales, cápsulas de café, cosméticos y pastas de dientes, aparece el diagnóstico del Alzheimer. Las investigaciones son sólidas, sin aluminio no existe el diagnostico de Alzheimer.

El Mercurio, el plomo y el cadmio son considerados los metales pesados más perjudiciales, ya que no se asocian a ninguna vía metabólica y el organismo no tiene forma de expulsarlo. El mayor problema es la acumulación prolongada sin opción a eliminarlas de forma natural. La Unión Europea ha desarrollado mecanismos de control de ingesta de sustancias tóxicas aunque aún queda mucha legislación y mecanismos de control que desarrollar. La trazabilidad de los alimentos es uno de estos mecanismos, aunque los niveles de metales pesados en personas siguen aumentados. Para garantizar que los alimentos sean cada vez más seguros, controlan y evalúan los niveles de toxicidad por medio de la legislación, el reglamento (CE)nº315/93 y (CE)nº466/2001 establece los límites en contaminantes presentes en los productos alimenticios.

¿La acumulación de metales pesados produce cáncer?

La mayoría de los metales pesados son potenciadores de cáncer, aunque algunos metales como el cobre o el zinc son enzimas esenciales para los procesos celulares en pequeñas concentraciones. Los metales pesados están por todos lados y entran en la cadena alimentaria almacenándose poco a poco dentro de nosotros. El cuerpo humano presenta unos procesos de desintoxicación llamados quelaciones intracelulares y antioxidantes que previenen y desintoxican el daño que producen estos metales, las plantas tienen otro proceso de desintoxicación llamado “fitoquelatina”, al consumir alimentos procedentes de las plantes, es decir alimentos vegetales, estas fitoquelatinas aportan un valor extra al proceso de desintoxicación, así que ahora tienes un motivo más para consumir alimentos de origen vegetal.

  • El arsénico produce cáncer, inhibe la reparación del ADN y daño oxidativo en el bazo e en el hígado.

  • El cadmio produce cáncer de riñón, ovario y mama, produciendo daño oxidativo a nivel hepático y renal, dañando especialmente la función de absorción del calcio, creando osteoporosis y problemas hormonales.

  • El cromo, produce cáncer de pulmón, daños en las células sanguíneas por oxidación, problemas de hígado y riñón.

  • El níquel provoca cáncer de pulmón y nasal, dermatitis o alergias, con daños importantes en el sistema respiratorio.

¿Cómo saber si tienes almacenados metales pesados?

Lo primero es identificar qué metales pesados has acumulado y en que cantidades. El tratamiento médico tradicional para eliminar los metales pesados se basaba en administrar ácido etilendiaminotetraacético (EDTA), este compuesto se utiliza para tratar los envenenamientos como por ejemplo cuando hay un exceso de ferritina tras una transfusión de sangre. El EDTA secuestra el exceso de hierro y lo elimina por la orina. Pero desde hace unos años el diagnóstico y tratamiento han mejorado mucho, se realiza a través de un minelalograma del cabello o también llamado análisis mineral del tisular del cabello. El minelalograma es un análisis en el que aparecen los minerales presentes en el cuerpo a nivel intracelular. Las muestras de sangre, orina o uñas analizan a nivel extracelular y su fiabilidad es muy inferior. Después se debe identificar la fuente del problema para eliminarla, si se produce por la ingesta de alimentos y agua, por exposición laboral o por contacto de productos químicos. Después de tener toda la información encima de la mesa es el momento de empezar a eliminarlos del cuerpo por medio de la quelación. Una quelación es un tratamiento en el que el quelante actúa como un imán atrapando los metales y los expulsa por la orina. Este quelante se administra por vía intravenosa o vía oral.

¿Cuáles son los alimentos que debemos evitar?

Principalmente embutidos adulterados como quesos o jamones dulces (el típico jamón de york y sus variantes), cualquier tipo de pan, los alimentos envasados en latas o plásticos, alimentos no biológicos y refinados.

Un programa nutricional puede actuar como tratamiento de quelación, debe adaptarse a cada paciente y utilizar los conocimientos de fitoterapia para expulsar estos metales pesados del organismo. Los alimentos más recomendables son: germinados, leche vegetal, zumos de verduras y frutas, aceite de oliva, linaza y legumbres frescas y secas. Un día de ejemplo adaptando la ingesta energética podría incluir:

  • En el desayuno zumo de naranja, leche vegetal, tortilla con aceite de oliva virgen extra.

  • En la comida ensalada de germinados con tufo, seitán y fruta.

  • En la merienda caldo depurativo a base de apio, cilantro, ajo, tomate y zanahoria.

  • En la cena crema de verduras y puré de manzana.

Algunos alimentos como los índoles (el cilantro, el ajo, la cúrcuma y la chlorella), los tioles (espinacas, sandía, espárragos, aguacate y calabaza) y CoQ10 (la nuez de brasil y la granada) se utilizan como tratamiento de quelación nutricional. La quelación por nutrientes puede ser igual o más efectiva que la quelación por vía intravenosa y además los químicos intravenosos producen mayores efectos indeseados que los quelantes vegetales. El tratamiento tiene una duración máxima de 4 meses, superar ese tiempo puede producir los efectos secundarios peligrosos. La supervisión de un profesional sanitario especialista en nutrición y quelación que paute las dosis de alimentación es fundamental. Movilizar los metales pesados para expulsarlos del cuerpo puede producir malestar, pero hay que tener presente que esos síntomas indeseados forman parte del proceso de desintoxicación. También pueden producir deficiencias en minerales y vitaminas que se compensaran con suplementación de ácidos grasos poliinsaturados omega 3, fósforo, manganeso, cobre, calcio y magnesio, en función de los parámetros que aparezcan. El proceso de quelación finaliza repoblando la microbiota intestinal, los metales pesados dañan estos microorganismos beneficiosos.

Las recomendaciones y datos incluidos en este blog no pretenden sustituir los consejos de su médico y/o nutricionista clínico. El autor (Joan Zamora) no se responsabiliza de las posibles consecuencias de la mala aplicación de esta información. La recomendación del autor es que usted acuda a un profesional sanitario cualificado. Los únicos profesionales cualificados para proporcionar programas dietéticos nutricionales son los propios graduados / diplomados universitarios en nutrición humana y dietética y el médico especialista endocrino. Cualquier otro profesional sanitario o persona que le diga lo contrario realiza intrusismo y carece de los conocimientos necesarios. Le recomiendo que no ponga en peligro su salud ni su confianza, apoye la nutrición personalizada y de calidad.

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