Vitaminas y su rol en la prevención del cáncer

Las vitaminas son micronutrientes esenciales que desempeñan un papel vital en la salud y el bienestar del cuerpo humano. Además de sus funciones metabólicas y fisiológicas, algunas vitaminas tienen propiedades antioxidantes que ayudan a proteger nuestras células contra el daño oxidativo y los radicales libres. En este artículo, veremos el papel de varias vitaminas en la prevención del cáncer y cómo puedes asegurarte de obtener suficientes de ellas en tu dieta.

Vitamina C: el poderoso antioxidante

La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es un antioxidante clave en nuestro organismo. Actúa en medios acuosos y es esencial para proteger nuestras células del daño causado por especies reactivas de oxígeno y radicales libres. Además de su función antioxidante, la vitamina C también inhibe la formación endógena de nitrosaminas, compuestos potencialmente cancerígenos que pueden generarse por la exposición a nitritos y nitratos presentes en la dieta.

Es importante destacar que el cuerpo humano no puede almacenar vitamina C, por lo que es necesario consumirla regularmente. El tabaquismo, por ejemplo, puede reducir los niveles de vitamina C en el organismo. La ingesta diaria recomendada es de 75 mg/día en mujeres adultas y 90 mg/día en varones. Sin embargo, para prevenir enfermedades relacionadas con el estrés oxidativo, se sugieren dosis preventivas de 200 mg o más.

Vitamina A y Beta-Carotenos: defensores de la salud

La vitamina A es una vitamina liposoluble que desempeña un papel crucial en una serie de funciones corporales, incluyendo la visión, la hematopoyesis, el desarrollo embrionario, la diferenciación celular de la piel, la función inmunológica y la transcripción de genes. Además, actúa como antioxidante y puede ayudar a prevenir el cáncer.

El beta-caroteno es un importante precursor de la vitamina A y tiene una actividad antioxidante del 100%. Se encuentra en alimentos de color amarillo-anaranjado o verde, como la zanahoria, las espinacas, la calabaza, la papaya, el mango y muchos otros. La absorción de carotenos se ve favorecida cuando se consumen con grasas, por lo que es recomendable acompañarlos de fuentes de grasa vegetal.

Licopeno: la defensa del tomate

El licopeno es un pigmento carotenoide que se encuentra en frutas y verduras de color rojo brillante, como el tomate, la sandía y la papaya. Aunque químicamente es un caroteno, no tiene actividad pro vitamina A. El licopeno es conocido por sus propiedades antioxidantes, ya que protege las células del estrés oxidativo causado por los radicales libres. Este estrés oxidativo es uno de los principales responsables de enfermedades como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.

Vitamina E: el antioxidante lipídico

La vitamina E es el antioxidante principal en los medios lipídicos del organismo. Se encuentra en aceites vegetales y semillas, y se utiliza como antioxidante natural en alimentos para prevenir la oxidación no deseada. La ingesta diaria recomendada es de 15 mg/día para ambos sexos, pero dosis más altas pueden ser necesarias para prevenir el estrés oxidativo.

Fitoestrógenos: defensores de la salud hormonal

Los fitoestrógenos son compuestos químicos no esteroides que se encuentran en alimentos vegetales y que pueden tener efectos similares a los estrógenos humanos. Se han relacionado con la reducción del riesgo de cánceres hormono-dependientes, como los de mama, colon, próstata y ovario. Se encuentran en alimentos como la soja, el trébol rojo, las legumbres y la semilla de linaza.

Minerales importantes: Selenio y Calcio

El selenio es un oligoelemento presente en alimentos proteicos como pescado, carnes y vísceras. Tiene propiedades antioxidantes y estimula el sistema inmunológico. Además, contrarresta la acción de metales pesados contaminantes. Aunque no se ha demostrado una asociación clara entre el selenio y la prevención del cáncer, es importante incluirlo en una dieta equilibrada.

El calcio, por otro lado, es esencial para la salud de los huesos, pero también se ha estudiado en relación con el cáncer. Algunas investigaciones sugieren que el calcio podría tener un papel protector en el cáncer de colon, aunque se necesita más evidencia para confirmarlo.

En conclusión, las vitaminas y otros nutrientes desempeñan un papel fundamental en la prevención del cáncer y la protección de nuestras células contra el daño oxidativo. Mantener una dieta equilibrada y variada que incluya alimentos ricos en estos nutrientes es una estrategia clave para mantener una buena salud y reducir el riesgo de enfermedades, incluyendo el cáncer.

Recuerda que es importante consultar a un profesional de la salud o un dietista antes de realizar cambios significativos en tu dieta o suplementar con altas dosis de vitaminas y minerales. La moderación y el equilibrio son clave para una vida saludable y activa.

Las recomendaciones y datos incluidos en este blog no pretenden sustituir los consejos de su médico y/o nutricionista clínico. El autor (Joan Zamora) no se responsabiliza de las posibles consecuencias de la mala aplicación de esta información. La recomendación del autor es que usted acuda a un profesional sanitario cualificado. Los únicos profesionales cualificados para proporcionar programas dietéticos nutricionales son los propios graduados / diplomados universitarios en nutrición humana y dietética y el médico especialista endocrino. Cualquier otro profesional sanitario o persona que le diga lo contrario realiza intrusismo y carece de los conocimientos necesarios. Le recomiendo que no ponga en peligro su salud ni su confianza, apoye la nutrición personalizada y de calidad.

Anterior
Anterior

Mate y riesgo de cáncer: la verdad detrás de la infusión más consumida en Latinoamérica

Siguiente
Siguiente

Carcinógenos en la dieta: lo que debes saber