Desafíos alimenticios durante el tratamiento contra el cáncer.
Cuando inicias el tratamiento médico farmacológico contra el cáncer, es importante estar preparado para algunos desafíos relacionados con la alimentación. Los diferentes tratamientos, como la radioterapia, la quimioterapia, la inmunoterapia y la terapia hormonal, pueden afectar a tus hábitos alimenticios y provocar una serie de síntomas que pueden dificultar la ingesta de alimentos. A continuación, te explicamos cómo afrontar estos desafíos alimenticios para mantenerte lo más saludable y cómodo posible durante el tratamiento.
Radioterapia: adaptándote a cambios en la alimentación
La radioterapia puede causar cambios en la manera en que percibes el sabor de los alimentos y desencadenar síntomas como la resequedad de la boca, irritación bucal y problemas para tragar. Los problemas dentales también pueden surgir como un efecto secundario de la radioterapia.
Consejos para manejar los desafíos alimenticios con radioterapia:
Si experimentas cambios en el sentido del gusto, prueba alimentos que se vean y huelan atractivos para ti. Evita los alimentos que no disfrutes debido a su sabor alterado.
Utiliza marinados para mejorar el sabor de la carne, el pollo o el pescado. Los caldos de marinado, jugos de frutas, vino o aderezos para ensaladas son opciones efectivas.
Opta por alimentos blandos y fáciles de tragar, como batidos, huevos revueltos y flanes.
Cocina los alimentos hasta que estén tiernos y suaves.
Humedece los alimentos con caldos, salsas o yogur para facilitar la ingestión.
Si recibes radioterapia en el abdomen o la pelvis, es posible que experimentes calambres, sensación de estómago lleno, diarrea, náuseas y vómitos. Estos síntomas pueden afectar tu capacidad para mantener una alimentación regular.
Quimioterapia: afrontando los cambios en los hábitos alimenticios
La quimioterapia es conocida por detener o ralentizar el crecimiento de las células cancerosas, pero también puede dañar las células sanas que se replican con rapidez, como las del revestimiento de la boca e intestinos. Esto puede dar lugar a una serie de efectos secundarios que afectan tus hábitos alimenticios.
Cómo manejar los desafíos alimenticios con quimioterapia:
Aborda la falta de apetito, cambios en el sentido del gusto y otros síntomas de manera individual. Puedes experimentar estos síntomas de forma diferente a otros pacientes.
Añade más fibra a tu dieta para ayudar a regular el estreñimiento o la diarrea.
Si presentas náuseas, intenta alimentos suaves, fríos o congelados, como yogur o batidos.
Mantén comidas pequeñas y frecuentes para facilitar la digestión.
Consulta con un dietista para obtener recomendaciones personalizadas.
Inmunoterapia y terapia hormonal: afrontando los cambios en el interés por la comida
La inmunoterapia y la terapia hormonal pueden afectar tu apetito y tu capacidad para disfrutar de la comida. Los síntomas pueden incluir falta de apetito, náuseas, irritación bucal y vómitos.
¿Cómo manejar los cambios en el interés por la comida con inmunoterapia y terapia hormonal?
Si experimentas falta de apetito, intenta mantener una dieta equilibrada y habla con un dietista nutricionista especializado en enfermedades oncológicas para obtener consejos específicos.
Trata de añadir alimentos con sabores atractivos y utiliza condimentos para mejorar el sabor de tus comidas.
Mantén una buena higiene bucal y utiliza enjuagues bucales especiales si es necesario.
Las recomendaciones y datos incluidos en este blog no pretenden sustituir los consejos de su médico y/o nutricionista clínico. El autor (Joan Zamora) no se responsabiliza de las posibles consecuencias de la mala aplicación de esta información. La recomendación del autor es que usted acuda a un profesional sanitario cualificado. Los únicos profesionales cualificados para proporcionar programas dietéticos nutricionales son los propios graduados / diplomados universitarios en nutrición humana y dietética y el médico especialista endocrino. Cualquier otro profesional sanitario o persona que le diga lo contrario realiza intrusismo y carece de los conocimientos necesarios. Le recomiendo que no ponga en peligro su salud ni su confianza, apoye la nutrición personalizada y de calidad.