Influencia de la nutrición en el riesgo de cáncer de mama

El cáncer de mama es uno de los tipos de cáncer más comunes en las mujeres en todo el mundo., se estiman en 2,6 millones de nuevos diagnósticos en el mundo y casi 35.000 en España. Mientras que la genética y otros factores desempeñan un papel importante en su desarrollo, la nutrición también puede influir significativamente en el riesgo de cáncer de mama. En este artículo, exploraremos cómo ciertos alimentos y nutrientes pueden aumentar o disminuir este riesgo.

Alimentos y nutrientes que aumentan el riesgo de cáncer de mama

El consumo de grasa animal ha sido vinculado al aumento de tumores mamarios. La grasa dietética puede aumentar la producción de estrógenos en el cuerpo, lo que podría contribuir al desarrollo del cáncer de mama. Si bien los resultados sobre la relación entre el consumo total de grasa y el riesgo de cáncer de mama han sido variados, las investigaciones han demostrado que una dieta baja en grasas puede reducir la incidencia de cáncer de mama hasta en un 15% en las mujeres que la siguen rigurosamente.

El consumo regular de una dieta con un alto índice y carga glucémicos puede promover el cáncer de mama debido a su impacto en los niveles de glucosa e insulina en el cuerpo. Un aumento del 8% en el riesgo de cáncer de mama se ha asociado con el consumo de alimentos de alto índice glucémico en comparación con los de bajo índice. Sin embargo, no se encontraron riesgos significativos para dietas con cargas glucémicas elevadas. La carga glucémica se calcula teniendo en cuenta tanto el índice glucémico del alimento como la cantidad de carbohidratos en la porción, lo que mide tanto los efectos glucémicos como la demanda de insulina.

El consumo de bebidas alcohólicas se ha asociado consistentemente con un aumento del riesgo de cáncer de mama. El alcohol se considera un factor de riesgo establecido para esta enfermedad. Reducir o moderar la ingesta de alcohol puede contribuir a disminuir este riesgo, especialmente en mujeres.

La obesidad se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas. El exceso de grasa corporal puede aumentar los niveles de estrógeno, lo que a su vez podría promover el desarrollo de tumores mamarios.

Alimentos y nutrientes que reducen el riesgo de cáncer de mama

El consumo de productos lácteos en general se ha asociado con una disminución del 15% en el riesgo de cáncer de mama, con evidencia de una relación dosis-respuesta. Este efecto es más pronunciado en productos lácteos bajos en grasa y en mujeres premenopáusicas. La presencia de calcio, vitamina D y ácido linoleico conjugado en los lácteos podría explicar este efecto protector.

El consumo de frutas, especialmente de frutas cítricas, se ha asociado con una modesta disminución del riesgo de cáncer de mama. Se ha estimado que cada 200 gramos adicionales de frutas consumidas al día pueden reducir el riesgo en un 6%. Las frutas contienen antioxidantes y compuestos que podrían tener propiedades anticancerígenas, aunque se necesitan más investigaciones para comprender completamente este efecto.

Aunque el efecto de las verduras en la reducción del riesgo de cáncer de mama ha sido inconsistente, se ha observado que el consumo de verduras crucíferas está asociado a un 15% menos de riesgo. Estas verduras contienen compuestos anticancerígenos como isocianatos e indoles que podrían explicar este efecto.

El consumo de isoflavonas de soya/soja se ha relacionado con una reducción del riesgo de cáncer de mama, especialmente en mujeres posmenopáusicas. En países asiáticos, donde el consumo de isoflavonas es más alto, se ha observado una reducción del 34% en la incidencia de cáncer de mama. Esto podría deberse a las propiedades antioxidantes y anticancerígenas de las isoflavonas.

Los flavonoides, un grupo de compuestos polifenólicos que incluyen las isoflavonas de la soya/soja, los flavonoles y las flavonas, se han asociado con una disminución del riesgo de cáncer de mama del 15%. Estos compuestos pueden bloquear la progresión del cáncer a través de varios mecanismos biológicos, aunque se necesita más investigación en este campo.

Se ha sugerido un posible efecto protector del consumo de fibra dietética en el cáncer de mama. Cada aumento de 10 gramos al día de ingesta de fibra se ha relacionado con una reducción del 5% en el riesgo, con una relación dosis-respuesta significativa. La fibra puede inhibir la reabsorción de estrógenos a nivel intestinal, lo que podría reducir el riesgo de este tipo de cáncer.

El papel de la vitamina D y el calcio en la prevención del cáncer de mama ha sido objeto de investigación. Se ha estimado una reducción del 10% en el riesgo de cáncer de mama con un mayor consumo de vitamina D y del 13% con un mayor consumo de calcio. Sin embargo, se necesita más investigación para confirmar estos hallazgos.

Los niveles séricos de carotenoides, como alfa y beta carotenos, luteína y licopeno, se han asociado con una disminución significativa del 15% en el riesgo de cáncer de mama. Esta asociación podría ser aún mayor en tumores con receptores de estrógeno y progesterona negativos.

La ingesta dietética de ácidos grasos omega-3 poliinsaturados se ha asociado con una reducción del riesgo de cáncer de mama del 15%. Estos ácidos grasos tienen propiedades antiinflamatorias y podrían tener efectos anticancerígenos.

Conclusiones

La nutrición desempeña un papel crucial en el riesgo de cáncer de mama. Evitar alimentos y factores de riesgo como la grasa animal, el consumo elevado de alcohol y la obesidad, mientras se incorporan alimentos y nutrientes protectores como lácteos bajos en grasa, frutas, verduras, soya, flavonoides, fibra, vitamina D, calcio, carotenoides y ácidos grasos omega-3, puede contribuir significativamente a reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Sin embargo, es importante recordar que la prevención del cáncer es multifactorial y que mantener un estilo de vida saludable en general, que incluye una dieta equilibrada y la realización de ejercicios, es esencial para la salud en general y la prevención del cáncer de mama.

Las recomendaciones y datos incluidos en este blog no pretenden sustituir los consejos de su médico y/o nutricionista clínico. El autor (Joan Zamora) no se responsabiliza de las posibles consecuencias de la mala aplicación de esta información. La recomendación del autor es que usted acuda a un profesional sanitario cualificado. Los únicos profesionales cualificados para proporcionar programas dietéticos nutricionales son los propios graduados / diplomados universitarios en nutrición humana y dietética y el médico especialista endocrino. Cualquier otro profesional sanitario o persona que le diga lo contrario realiza intrusismo y carece de los conocimientos necesarios. Le recomiendo que no ponga en peligro su salud ni su confianza, apoye la nutrición personalizada y de calidad.

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