Beneficios del omega 3 durante el cáncer
Los ácidos grasos omega 3 potencian los efectos anticancerígenos del tratamiento de quimioterapia. Este ácido graso procede de los pescados grasos, las semillas de chía, linaza o las nueces.
Son capaces de potenciar la capacidad de las células sanas para atacar las células malignas, estas células proceden del sistema inmunitario, actuando contra las amenazas internas que produce la enfermedad.
También presentan propiedades antiinflamatorias, inhibición del crecimiento tumoral, protección contra la caquexia y modulación del sistema inmunológico.
En este artículo vamos a tratar sobre estos beneficios para obtener una idea general de lo recomendable que puede ser este compuesto.
El beneficio que produce el omega 3 en el tratamiento médico ocurre con distintos fármacos
El “paclitaxel” y la “cerulenina”, dos fármacos que se emplean durante el tratamiento de cáncer de mama.
La “doxorrubicina”, utilizado durante el tratamiento de la leucemia, para el glioblastoma, el carcinoma bronquial e incluso para el cáncer de mama.
La “cisplatina” utilizada en fases avanzadas, una vez que ha sido diagnosticada una metástasis en el pulmón.
La “genisteína” utilizada en el tratamiento de cáncer de mama.
La “vincristina” utilizada durante el tratamiento del carcinoma de cuello de útero.
El efecto de estos ácidos grasos se produce al aumentar la captación de los fármacos citotóxicos por las células cancerígenas y actúan superando la resistencia de dichas células al tratamiento de la quimioterapia. Se ha comprobado en investigaciones como se produce un aumento significativo de la propagación de fármacos como “mitoxantrona” y “doxorrubicina” a través de la membrana citoplasmática de células cancerígenas ( concretamente en células linfoblásticas de leucemia) una vez que se incluyo en la dieta, altas cantidades de ácidos grasos omega-3.
Es frecuente que aparezca resistencia del fármaco “tamoxifen” durante el tratamiento de cáncer de mama. Las células cancerígenas resistentes suelen ser agresivas y una forma de que se produzca un aumento de la respuesta apoptótica (suicidio de las células cancerígenas) pasa por incluir omega 3 en la dieta, ya que el omega 3 se divide en ácido alfa-linolénico (ALA), el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA). El EPA ayuda al fármaco “tamoxifen” a que mejore su efectividad de respuesta apoptótica.
En investigaciones centradas en el tratamiento de cáncer de colon, en los que se incluye el fármaco “5-fluorouracilo” junto con los ácidos grasos omega-3 mejoran la capacidad de detener el crecimiento del ciclo celular. Además de haber demostrado su importancia y eficacia colaborando con distintos fármacos anticancerígenos (“mitoxantrona”, “vindesina”, “ciclofosfamida, 5-FU” y “epirrubicina” en mujeres con cáncer de mama) Aquellas personas que tenían mayores concentraciones de omega 3, concretamente del tipo DHA obtuvieron mejores resultados al tratamiento farmacológico.
Los ácidos grasos omega 3 y sus beneficios contra el síndrome de anorexia - caquexia
La anorexia-caquexia es una situación que se produce en aproximadamente el 50% de los pacientes con cáncer e implica en mayor medida una reducción de la supervivencia. Consiste en la pérdida masiva de peso corporal. Se produce mayormente en los cánceres relacionados con el aparato digestivo, aunque aumenta con la progresión y estadios avanzados del cáncer y en pacientes tratados con opioides.
Las causas del síndrome de caquexia-anorexia se atribuyen a:
La producción de factores depresores del apetito que producen las propias células cancerígenas.
Las células del sistema inmune en respuesta a una inflamación continuada.
Existe una reducción de la síntesis de proteínas en el músculo esquelético y un aumento del catabolismo de proteínas y lípidos, reduciéndose las reservas y la construcción de musculatura. El metabolismo de los hidratos de carbono también se encuentra afectado, las células cancerígenas consumen de 5 a 10 veces más glucosa que las células normales. El balance energético es desfavorable (hipermetabolismo).
En la caquexia también intervienen factores hormonales: cortisol, catecolaminas, insulina/glucagón..., que ejercen efectos anabólicos. En las investigaciones que incluían dietas con ácidos grasos omega-3, concretamente con valores concentrados de EPA en pacientes con cáncer de páncreas avanzado, consiguieron mejorar la calidad de vida y reducir en un 92% la pérdida de peso respecto a los datos de pacientes que no incluyeron omega 3.
El EPA también puede reducir el gasto energético total, en caquexia, el EPA puede reducir la acción de los factores que inducen la proteólisis, es decir, reduciendo la degradación de proteínas. Los ácidos grasos omega-3 ejercen una acción antiinflamatoria y regulan la concentración y efectos de neurotransmisores, incluyendo la leptina (hormona que regula la saciedad).
En definitiva, las propiedades de los ácidos grasos omega 3 son múltiples. Tiene la capacidad de potenciar el efecto de los fármacos utilizados durante el tratamiento médico contra el cáncer, tiene capacidad antiinflamatoria, especialmente EPA y DHA ayudan a reducir la inflamación, siendo la inflamación un factor que contribuye al desarrollo y progresión del cáncer. También producen una inhibición del crecimiento tumoral, al inducir la apoptosis (muerte celular programada) y reducir la angiogénesis (formación de nuevos vasos sanguíneos que alimentan a los tumores) y finalmente modula el sistema inmunológico, promoviendo la respuesta antitumoral más eficiente. No es de extrañar que estos ácidos grasos estén tomando protagonismo, aunque siempre es necesario seguir un uso adecuado.
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