Tipos de tejidos adiposos
Las grasas, las grandes desconocidas
Escuchamos constantemente la palabra grasa y la asociamos a negatividad. Escuchamos decir “este alimento tiene mucha grasa, el otro tiene menos”, “hay que escoger los alimentos bajos en grasas saturadas”, “son mejores los alimentos ricos en grasas monosaturadas o poliinsaturadas”. Estas frases son algunos ejemplos de toda clase de información que nos llega sin saber exactamente bien a que se refieren o que son las grasas (también llamadas “lípidos”)
En este artículo vamos a ver la diferencia entre los tipos de grasas, algunas de sus peculiaridades y beneficios que nos ofrece, quedáte que seguro que puedes encontrar algunos datos curiosos que pueden sorprenderte.
Las grasas son los términos que se usan para llamar a los lípidos. De forma sencilla y sin profundizar, se dividen en:
Lípidos simples: creando grasas, aceites y ceras.
Lípidos compuesto: creando fosfolípidos, glicolípidos y lipoproteínas.
Lípidos derivados: ácidos grasos derivados de los lípidos simples, pigmentos (carotenoides), esteroles (colesterol, hormonas esteroides…), hidrocarburos y vitaminas liposolubles (vitaminas A, D, E, K).
¿Qué pasa con las grasas que comemos dentro del cuerpo?
Las grasas las ingerimos y se almacenan para utilizarlas cuando el cuerpo las necesite. El cuerpo utiliza las grasas principalmente como fuente de energía. En muy posible que cada día estemos incluyendo en nuestra dieta más cantidad de grasas de las que necesitamos, esto produce un exceso de grasas almacenadas que se traduce en sobrepeso y obesidad. Dentro del cuerpo, la grasa se almacena dentro del tejido adiposo, este tejido adiposo puede ser de dos tipos, el tejido adiposo blanco (lo llamaremos “grasa blanca”) y el tejido adiposo marrón (lo llamaremos “grasa marrón”). Se llaman así por el color que podemos ver con el microscopio.
A la izquierda, el tejido blanco y a la derecha, el tejido marrón.
Estos tejidos de grasas además tienen función endocrina, regulando hormonas. Dentro de estos tejidos de grasa se almacenan los “adipocitos”, que son las células de grasa que forman el tejido adiposo. Los adipocitos van creciendo hasta convertirse en adipocitos maduros con funciones muy concretas. Una de estas funciones es crear y esparcir las “adipoquinas” (son un tipo de proteínas). Si vemos la imagen con los dos tipos de grasas (blanca y marrón), vemos que cada adipocito ocupa un tamaño y cantidad de espacio distinto, llegando a ocupar el 95% del espacio en la grasa blanca.
Los adipocitos son distintos entre tejidos. En las grasas blancas cada adipocito solo tienen una vacuola (es una estructura pequeña de una célula) de grasa, mientras que en las grasas marrones hay muchas vacuolas, eso influye en su color. Un dato curioso es que el porcentaje de los adipocitos adultos es menor en personas obesas que en personas con un peso adecuado. Los científicos dicen que cuando hay menos adipocitos maduros, su lugar lo ocupan macrófagos proinflamatorios y se crea un clima que potencia la inflamación y un aumento de la inflamación de manera crónica produce muchos problemas, pero principalmente un desgaste del sistema inmunitario.
El tamaño del tejido graso lo deciden los adipocitos, por su tamaño, produciéndose hipertrofia (aumento del tamaño) y por su cantidad, produciéndose hiperplasia (aumento del número). Si tenemos en cuenta que la cantidad de adipocitos se estabiliza en los primeros años de vida hasta la adolescencia y que luego de adultos cada año aumenta un 10%, podemos afirmar que, controlar el peso en la infancia/ adolescencia reduce el riesgo a la obesidad de adultos.
La grasa blanca es la principal y más numerosa, se almacena y cuando se necesita, se utiliza como energía, además aísla y protege algunos órganos vitales. Actúa con funciones endocrinas, crea hormonas como la léptina (hormona que regula la saciedad).
La grasa marrón es secundaria, ocupando pocas zonas del cuerpo y con los años tiende a ir desapareciendo. Su función principal es de mantener la temperatura corporal produciendo calor. Así que, cuanto más mayor, más probabilidad de que tengas más frío por tener menos grasa marrón, pero además, las personas obesas tienen más frío que las personas con un peso adecuado, ya que tienen un exceso de grasa blanca y no marrón.
Localización de los tipos de grasas
Las grasas blancas se encuentran principalmente en zonas subcutáneas, en zonas cercanas de las articulaciones, de los músculos, del corazón, en el abdomen, cerca de las vísceras y órganos, en glúteos y muslos. Prácticamente por todo el cuerpo.
Las grasas marrones se encuentran en zonas muy concretas, van reduciéndose y cambiando de lugar con el paso de los años. Cuando somos bebes las encontramos en distintas zonas de la espalda y con los años se reducen como vemos en la imagen.
La acumulación de grasas blancas esta relacionada con el consumo de alimentos ricos en grasas y con la edad. Una dieta debe ser controlada por muchos factores, pero la edad es muy importante, un adolescente no puede consumir la misma cantidad de grasas que una persona jubilada, la adaptación de la dieta es muy importante en cada etapa de la vida, principalmente por el gasto energético que cada persona produce. Además, la grasa se almacena más rápido cada año y se acomoda en distintas zonas, siendo más difícil eliminarla. En la adolescencia se almacena en zonas subcutáneas, cuando pasan los años se acumula en zonas viscerales, entre los órganos y aquí tenemos un problema, la grasa visceral se mueve poco cuando necesitamos energía y produce mucha inflamación a los órganos que la rodean, aumentando el riesgo de enfermedades.
Los valores saludables de grasas son:
Colesterol total normales: 200-239 mg/dl.
Colesterol LDL normales: 130-159 mg/dl.
Colesterol HDL óptimos:
En mujeres >50 mg/dl;
En hombres >40 mg/dl.
Triglicéridos normales: 150-199 mg/dl.
Para terminar podríamos resumir que las grasas son blancas o marrones, presentan distintas funciones. La alimentación proporciona la grasa blanca que posteriormente se almacenará y se utilizará cuando necesitemos energía. Sí consumimos más grasas de las que necesitaremos, se almacenarán produciendo un extra de grasas que con el paso del tiempo producirá obesidad y será más complicado eliminar. Esta grasa creará inflamación crónica y debilitará nuestro sistema inmune. La mejor forma de controlar y reducir la grasa blanca se produce por una correcta, adaptada y equilibrada alimentación y hábitos de vida activos. ¡Aún estas a tiempo de reducir tus niveles de grasas!
Las recomendaciones y datos incluidos en este blog no pretenden sustituir los consejos de su médico y/o nutricionista clínico. El autor (Joan Zamora) no se responsabiliza de las posibles consecuencias de la mala aplicación de esta información. La recomendación del autor es que usted acuda a un profesional sanitario cualificado. Los únicos profesionales cualificados para proporcionar programas dietéticos nutricionales son los propios graduados / diplomados universitarios en nutrición humana y dietética y el médico especialista endocrino. Cualquier otro profesional sanitario o persona que le diga lo contrario realiza intrusismo y carece de los conocimientos necesarios. Le recomiendo que no ponga en peligro su salud ni su confianza, apoye la nutrición personalizada y de calidad.